(Articulo extraido de Autopista Online)
Dos de cada tres conductores rebasan los márgenes.
O los límites de velocidad son excesivamente estrictos o realmente tenemos un problema por nuestras carreteras. Un estudio realizado en Cataluña pone de manifiesto que dos tercios de los conductores superan, muchos de ellos con creces, los límites de velocidad en cualquier tipo de vía. Pese a todo, el número de muertos en accidentes de tráfico ha descendido un 16 por ciento en lo que va de año.
Ni siquiera el aumento de radares parece frenar la premura al volante. La DGT, en colaboración con ayuntamientos y comunidades autónomas, lleva tiempo instalando controladores de velocidad en carreteras de todo el país, una iniciativa que suma a los múltiples aparatos móviles utilizados a diario por los agentes de Tráfico. Este nuevo método de actuación conocido por los automovilistas- persigue reducir la velocidad media en nuestras vías para tratar de acabar con su elevada siniestralidad. El resultado, sin embargo, no es de momento el esperado, ya que dos de cada tres conductores rebasan sin pudor los límites establecidos.
La conclusión se extrae de un trabajo realizado en Cataluña por los Mossos dEsquadra y que hoy publica el diario La Vanguardia. Según este informe, los radares instalados la semana pasada durante una hora en cinco vías diferentes de la región demostraron que el 67 por ciento de los conductores que circularon por ellas rebasó claramente los márgenes legales de velocidad; en concreto, 3.687 de 5.514. Las encuestas realizadas por Autopista Online confirman estos datos.
Para la Policía autonómica catalana, la carretera C-33 (antigua A-17) es la vía más rápida de la red regional. Cada vez que los agentes colocan un radar con trípode a la altura de la localidad de Mollet del Vallés, aparece algún conductor circulando a más de 200 km/h. Evidentemente, el día de la prueba no podía ser menos y los Mossos cazaron a un automovilista que marchaba a 204 km/h. Junto a él, otros 1.140 vehículos (el 60 por ciento) circularon muy por encima del límite permitido, 120 km/h, lo que obligó a los funcionarios a calibrar los controladores muy encima de la velocidad máxima. Cuando tenemos vehículos que circulan entre 160 y 180 km/h no podemos pensar en los que lo hacen a 150, asegura un agente.
No tan rápida, pero sí más peligrosa, es la C-17, sobre todo en el tramo señalizado como curva peligrosa en el que se encuentra instalado otro aparato. Allí, los radares descubrieron el jueves pasado que el 79 por ciento de los automovilistas circula a su paso por encima de los 80 km/h permitidos. El porcentaje de infractores es similar en el tramo de curvas cerradas que enlaza la AP-7 y la AP-2, dirección Barcelona, donde un 75 por ciento de los conductores sobrepasó el límite establecido en 60 km/h. Es más, durante ocho horas, los Mossos llegaron a contabilizar en ese punto hasta 11 accidentes de tráfico, a pesar de que el coche policial que controla el radar es muy visible.
Otro tipo de trazado habitualmente conflictivo es la entrada a las localidades. En estos tramos, la velocidad máxima permitida es de 50 km/h, aunque el 72 por ciento de los automovilistas no respeta su límite, tal y como ocurre en el acceso al pueblo gerundense de Llambilles. Algunos conductores circulan incluso superando ampliamente los 100 km/h, según confirman los Mossos dEsquadra.
La carretera C-352, por el contrario, apareció en el informe como la más respetada por los conductores catalanes. A pesar de que en este punto el radar estaba perfectamente escondido entre unos matorrales, sólo el 19 por ciento de los vehículos superó los 100 km/h.
Desciende el número de muertes
Precisamente el mismo día en que se ha publicado este estudio de velocidad, la DGT ha dado a conocer el primer balance del año en lo que respecta a accidentes de tráfico. En él se observa que, en 2004, el número de víctimas mortales se ha reducido en todo el país en un 16 por ciento, un 30 por ciento en el caso de Cataluña.
A pesar de estos datos, ni la DGT, ni el Servei Catalá de Transit, han querido de momento sacar pecho. Ambos organismos coinciden en que el período es todavía demasiado corto para sacar conclusiones. Aun así, la Administración considera que este importante descenso es consecuencia del endurecimiento de la normativa y del aumento de vigilancia. En total, 454 personas han fallecido en las carreteras españolas desde que comenzó el año.