¿Qué hado del destino perverso me tiene entre ceja y ceja?.
Resulta que antes de ayer, debido a la ola de frío y a la contracción de las vigas de acero que sostienen la cubierta del parquing, se desprendio el recubrimiento ignífugo que llevan. Menos mal que cayó en blandito........., y no jodió el suelo.
Sí, habéis adivinado, mi coche era lo "blandito". Toda la aleta derecha para tirar a la basura. 