Hola:
Hoy estuve en la oficinas de Consumo, de la Junta de Andalucía, en Málaga, y presenté el siguiente escrito;
Dirección General de Consumo. Consejería de Gobernación. Málaga, a 26 de diciembre de 2007.
Señores responsables de consumo, de la Junta de Andalucía:
Yo, (aquí mi nombre y datos personales), con el debido respeto,
EXPONE: que he recibido una carta certificada de parte de Citroen Caloga, de Torre del Mar, en la cual supuestamente contestan a la Hoja de reclamaciones que les puse con fecha 7-12-2007. Que deseo expresar mi rechazo y total desacuerdo con las falsas explicaciones contenidas en dicha carta (adjunto una fotocopia de la misma, así como el correspondiente ejemplar de la Hoja de reclamaciones).
En dicha “contestación”, se aportan dos explicaciones completamente falsas;
1ª) “En ningún momento nos negamos a realizar la reparación que usted nos solicita”. Es completamente falso, por dos razones;
1-
No se trataba de una reparación, sino de una REVISIÓN, como consta en la Hoja de reclamaciones.
2-
Se negaron a efectuar la REVISIÓN, pues me dijo el jefe de taller “Lo tenemos prohibido”, como consta nuevamente en la Hoja de reclamaciones.
2ª) “Sólo lo hacemos saber, tal y como se le dijo en su día, que no aceptamos recibir el aceite que nos proporciona, ya que desconocemos el contenido de la garrafa y el estado en el que se encuentra el mismo”.
Este “argumento” no es válido, ya que yo les di todo tipo de explicaciones y garantías sobre el estado del aceite: “La botella está nueva, sin abrir, es decir, precintada; es de la misma marca y características que el recomendado por el fabricante, y, -- como le dije al recepcionista--, en caso de cualquier problema con el aceite, yo me hago responsable”.
Ellos no hicieron ninguna comprobación sobre el estado del aceite, ni se molestaron siquiera en comprobar si la botella estaba precintada o no, como reconocen en su escrito: “desconocemos el contenido de la garrafa y el estado en que se encuentra el mismo”.
Por si fuera poco, en su carta de contestación, ellos mismos se contradicen con lo firmado en la Hoja de reclamaciones, que se trataba de la “revisión de los 145.000 kilómetros”, y en su carta dicen que no se negaron a realizar la “reparación”. Aquí se contradicen ellos mismos y se ponen en evidencia como mentirosos, pues quieren quitar importancia al problema real: se negaron a efectuar la revisión. Como prueba adicional (por si no fuera suficiente la Hoja de reclamaciones, firmada por ellos), aporto una fotocopia del libro de mantenimiento, que contiene el sello de Citroen de Torre del Mar y la fecha de ese día, ya que se fueron de ligeros y me rellenaron el libro de las REVISIONES, pensando que yo iba a aceptar sus condiciones, aunque posteriormente no se llevó a cabo, ya que no quise someterme a ese tipo de chantaje (= o nos compras a nosotros el aceite, o no te hacemos la revisión).
Dicha conducta es, en mi opinión, indigna de un taller oficial Citroen; más aún si se tiene en cuenta que en dos ocasiones anteriores acudí a dicho taller por problemas de pérdida de aceite, debido a un fallo del tapón, y había gastado la botella de reserva de aceite en esas dos ocasiones, motivo por el cual había comprado una de cinco litros de la misma marca y características recomendadas por el fabricante. Ellos sabían que realmente había tenido problemas de pérdidas de aceite, pero les molestaba que la botella nueva no se las hubiera comprado a su taller. Además, mi coche ni siquiera está en garantía, por lo cual no debo someterme a ningún reparo por parte de ellos.
Esta conducta del taller oficial Citroen Caloga, de Torre del Mar, se podría comparar a esta otra: un padre de familia entra con sus dos hijos en un cine, después de haber comprado religiosamente su entrada, y el portero, cuando ve que el padre lleva una bolsa con bebidas y bocadillos (lo cual está permitido legalmente), se niega a dejarle entrar con la comida, alegando la excusa de que no conoce “el estado en que se encuentran los alimentos”. Dicha conducta sería sancionable legalmente, y lo mismo espero que le suceda a Citroen Caloga, de Torre del Mar.
En vista de todo lo expuesto, SOLICITO: que me sea reconocido el derecho a llevar mi propia botella de aceite (de la misma marca y características recomendadas por el fabricante) en las revisiones de ese taller y cualquier otro taller oficial Citroen.
Este es el escrito que presenté. Tardarán un mes como mínimo en contestar, aunque no tengo claro que fructifique, por una charla que tuve con uno de los responsables de consumo. Según él, está acostumbrado a tratar reclamaciones con talleres, pero nunca había recibido una como la mía. Desde su punto de vista, la clave del asunto estaría en si existe una normativa que regule el uso del aceite en los talleres. Si no existe, o hay un vacío legal, el taller puede actuar a su voluntad. Dijo que desconocía el tema, y que se iba a tener que poner a repasar la legislación.
Así, pues, todo depende ahora de si existe o no una regulación aplicable sobre el acetie en los talleres, y , en caso de que exista, del esfuerezo personal del funcionario encargado de la "investigación".
Si fuera rechazada mi petición, todavía podría recurrir, pero de momento no quiero pensar en eso.
Hay muchas triquiñuelas legales para hacer frente a la EXCUSA presentada por Citroen Caloga de Torre del Mar. Por ejemplo, basta con que compremos el aceite en Carrefour y presentemos una factura de la botella de aceite comprada en un taller oficial Citroen. Dicha factura puede pertenecer a una revisión nuestra anterior(en ese caso, habría que pedir que nos den la factura por separado y que no conste que se ha utilizado en la revisión, como si estuviera nueva, sin abrir, para que dé el pego); o puede ser reciente, si nos la presta un amigo (aunque aquí sería aconsejable no poner el nombre). También, bastaría con ir el día antes de la revisión a un taller no oficial y efectuar allí el cambio de aceite y del filtro. Luego, en Citroen, no podrían negarse a revisar los otros parámetros del coche, porque el aceite ya estaría echado, y no tendrían nada que objetar.
Recuerdo que hace unos años me pilló una nevada en Jaén, y , como no tenía cadenas, quise comprar unas en las tiendas o gasolineras, pero se habían agotado en todas las tiendas (estaban entre los 20 - 30 euros). Me dirigí a Citroen, por si podía comprarlas allí, pero cuando me enteré del precio (unos 170, un modelo similar a las que valían 30 en otras tiendas), me dije que antes me quedaba a dormir allí que pasar por la estafa de Citroen. Esto lo pongo como ilustración de que Citroen no puede cobrar por el aceite el precio que le dé la gana, y menos negarse a realizar una revisión, como me hicieron en Torre del Mar, aprovechando su posición de privilegio al ser un taller oficial.
Cuando haya novedades, ya os informaré. Gracias por animarme y seguir este tema pacientemente.
Y desde aquí doy las gracias a Citroen Caloga, de Torre del Mar, porque gracias a su negativa a realizarme la revisión con excusas, encontré un taller mejor que el de ellos, más eficiente y con mejores precios.